Cándido Méndez, secretario general de la UGT, ha dicho que, como
el Gobierno de Rodríguez Zapatero persista en su política de
salir en auxilio de los financieros a costa de chinchar a los
trabajadores, parados, jubilados y desasistidos en general, su
sindicato está dispuesto a lanzar “una campaña de movilizaciones
informativas”.
El primer reproche que me merecen las declaraciones de Méndez no
se lo dirijo particularmente a él, sino a la emisora de radio
que reprodujo sus palabras a la hora de comer. Las oí cuando
tenía la boca llena, me entró un ataque de risa y las lentejas
se me fueron por donde no debían, con las previsibles y
desagradables consecuencias respiratorias.
¡“Movilizaciones informativas”! El Gobierno tiene que estar
temblando ante la posibilidad de que la UGT ponga en práctica
una medida de lucha obrera tan audaz y tan agresiva, haciendo la
competencia a los medios de comunicación. Sólo le faltó a
Cándido Méndez conminar al Gobierno: “¡Te lo advierto! ¡Si
sigues en ese plan, voy y lo cuento!”.
El nuevo coordinador general de IU, Cayo Lara, habló
vaporosamente hace unos días de la posibilidad de que los
sindicatos –de continuar la economía por la pendiente actual–,
acaben convocando una huelga general contra la política del
Gobierno, como aquella de la que se acaban de cumplir 20 años. A
Cándido Méndez le faltó tiempo para salir a la palestra (al
escenario, mejor: no nos pongamos combativos) para afirmar con
gran rotundidad que este no es tiempo de huelgas, sino de
diálogo social.
Antes se hablaba de los sindicatos de clase. Ahora resulta mucho
más adecuado hablar de los sindicalistas con clase. A algunos
convendría llamarlos incluso sindicalisto.
JAVIER ORTIZ,
Público 19/12/2008