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2020/04/20

 

drogas y alcohol  

 

Los trabajadores y trabajadoras de Euskotren estamos tristemente acostumbrados a enterarnos por los medios de comunicación de las intenciones de la empresa respecto a Planes, Proyectos…, pero vernos reflejados en ellos, poniéndose en tela de juicio nuestra honestidad profesional resulta insultante.

 Hacer una exposición en el Parlamento Vasco relacionando el accidente de Lezama con un Plan de Prevención de Drogas y Alcohol, englobado en unas medidas para mejorar la seguridad en Euskotren, nos parece una grave irresponsabilidad.

 Que el Consejero de Transportes deje caer públicamente la sombra de la sospecha sobre nuestra profesionalidad resulta una auténtica canallada.

O se  ha pecado de falta de sensibilidad, o poco  le importan a la Consejería de Transportes y a la Dirección, los trabajadores y trabajadoras de Euskotren,  o una vez más,  se ha vuelto a buscar algo que desvié la atención de lo cada vez más evidente, las carencias existentes en seguridad.

 ¿Qué se ha pretendido decir o insinuar?  ¿Por qué se vincula el dichoso Plan de Drogas y Alcohol con el accidente de Lezama, cuando esto es algo que ya se llevaba discutiendo desde hace al menos 2 años? ¿Es necesario hacer público que se va a realizar un Plan de Prevención de Drogas y Alcohol? ¿Qué se consigue con ello, sino poner en la picota a la plantilla de Euskotren frente a la opinión pública?

 Desde ELA defendemos la honestidad y profesionalidad de todos los trabajadores y trabajadoras de Euskotren.

 No seremos los de ELA los que, por responsabilidad, pongamos trabas a un  plan consensuado a través de los delegados de prevención y del Comité de Seguridad y Salud, que tenga como objetivo la prevención y la ayuda a la rehabilitación ante hipotéticos casos, frente a una política de sanciones.

 Sin embargo, mucho nos tememos que la Dirección va a continuar fiel a su estrategia de no contar con los sindicatos para nada, e implantará unilateralmente lo que le venga en gana.

Desde ELA analizaremos lo que dice el Convenio al respecto (Art. 85.3), y las posibilidades legales que tiene la Dirección de poder llevar a cabo sus intenciones de manera unilateral.

 

Cámaras de vídeo-vigilancia

 

Otra de las medidas “estrella” que la Dirección pretende llevar a cabo es la instalación de cámaras de vídeo-vigilancia en las cabinas de conducción.

Desde ELA nos hemos posicionado rotundamente en contra de este elemento al considerar que no contribuye en ningún caso a mejorar la seguridad.

 Creemos que la decisión de instalar estas cámaras, además de tener un agobiante control sobre el trabajador o trabajadora, lo que pretende es ser una excusa para poder achacar, que no evitar, el fallo humano como factor determinante ante futuros accidentes, ocultando de esta forma las carencias de tipo técnico y organizativo.

También desde ELA estamos analizando la legalidad de esta medida.